hoy en día, prácticamente la masculinidad ha quedado reducida al mundo bdsm, donde deberíamos hablar de una hipermasculinidad, al menos en determinados grupos de la cultura bdsm, que como toda cultura, no es homogénea ni monolítica. en cualquier encuentro leather es normal ver no sólo a Amos sino también esclavos con una estética muy masculina.aunque aparentemente podría interpretarse como un reforzamiento de los estereotipos de género, realmente es un cuestionamiento de ellos porque ningún varón que se precie dejaría que le pusieran un collar y que lo usaran como los Amos usan a sus esclavos. de hecho un esclavo es un varón que ha caído bajo el poder y autoridad de otro hombre. en definitiva, ha perdido su masculinidad, al menos la tradicional que establece el poder como uno de sus distintivos más importantes. y así nos surgen muchas paradojas, o posibles paradojas. imaginemos un esclavo que sea activo, pero con un Amo que también lo sea y que le guste penetrar a su esclavo. el placer sexual no estaría siendo considerado, al menos para el esclavo. pero como se ha dicho muchas veces, sólo el placer del Amo importa. por otro lado si al Amo le gustara ser penetrado, ¿eso implicaría una merma de su masculinidad? en absoluto, porque lo que determina que se tenga una cosa u otra no es el papel que se realiza en el coito, sino quien ostenta el poder, y en este caso es el Amo siempre.
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