sábado, 23 de noviembre de 2024

día 5423 de esclavitud, castrado permanentemente

 el día comenzó muy intensamente. cuando mi Señor despertó al objeto y éste se levantó, le preguntó "¿Cómo has dormido?" a lo que el objeto respondió con un susurro "bien". había sido la primera palabra que había dicho desde que llegó, y mi Señor respondió con una bofetada: "¿Quién te ha dicho que puedes hablar?" y lo mandó a la ducha. cuando el objeto regresó a donde estaba el Señor, sin mediar palabra, le ata las manos del objeto a la espalda con una cuerda muy fuertemente. llevó al objeto a una silla y lo sentó atándole las piernas. ya tenía las botas puestas porque era lo primero que tenía que hacer. inmediatamente lo amordazó con varios pañuelos y le dice "No tienes derecho a hablar. Te voy a castigar por haberlo hecho". entonces comienza a darle con una fusta en las piernas, los genitales y le pecho, centrándose especialmente en los pezones. además de eso comenzó a follarla la mente como suele hace diciéndole cosas que sabe que destrozan al objeto por dentro como "No eres nada" o "Existes solo para servir y adorar a tu Señor".  inevitablemente el objeto se excita y pronto llega al punto de romperse. está completamente entregado, sin pensamiento ni voluntad. solo existe ese momento y solo existe mi Señor. es un instante de integración único, de unidad y paz profunda que se prolonga en el tiempo. el subspace es completo y total. las lágrimas se le escapan de los ojos. no son de pena, ni tristeza, ni siquiera de dolor, sino de sumisión y de felicidad porque está en casa. mi Señor percibe todo eso y lo lleva a unos niveles aún más fuertes de excitación, hasta el punto de que se corre enseguida sobre las botas del esclavo. "Estarás toda el día amordazado con los pañuelos como castigo". no se le debe pasar al mi Señor que más que un castigo, para el objeto es como una bendición. 

durante todo el tiempo la jaula ha dolido muchísimo. parecía que estaba a punto de romperse en más de una ocasión, pero ha aguantado, y ahora que mi Señor se ha corrido, la erección baja. el objeto se excita no porque quiera o porque lo desee, sino porque mi Señor así lo ha ordenado en más de una ocasión. "Quiero que te excites cuando estés conmigo, cuando piensen en mi. Quiero que te duela la jaula"; y así ocurre. lo que no estaba previsto es el grado de frustración que eso provoca. después de limpiarse desartó al objeto y le puso los grilletes. luego lo metió en su celda, aún amordazado. durante la mañana está el objeto solo, amordazado con un pañuelo, en silencio profundo, en profundo subspace. va alternando la lectura con el estudio e incluso la meditación. mi Señor tiene unos cascos como de obrero que aislan completamente el ruido, y un antifaz de cuero que no permite ver nada. siempre los deja colgando de la silla que el objeto utiliza en su celda. es como una invitación a estar aislado permanentemente. cuando el objeto se pone el antifaz y los cascos es como si viajara a otro lugar. no puede ver, ni oír, y al estar amordazado tampoco hablar. el peso de los grilletes se vuelve más pesado aún, se hace más presente. y el objeto medita en silencio. es un vaciamiento total, un abandono a la obediencia y a la sumisión. el ego está a años luz, prácticamente ha desaparecido. la jaula, omnipresente. no hay sexo, no hay coito, pero el objeto es un objeto propiedad de mi Señor. no sabe realmente cuánto tiempo está así, realmente no importa. el tiempo no tiene importancia. el tiempo está en manos de mi Señor así que el objeto no tiene de qué preocuparse.

después de comer en la celda el objeto permanece allí. ha pasado todo el día amordazado y a media tarde, o eso supone el objeto, mi Señor lo saca. sabe que desea usarlo porque se está tocando la polla. está excitado. sin quitarle los grilletes le obliga a ponerse los guantes de latex que le llegan a medio brazo y que le acaricie con ellos. El lleva puestas las botas altas, las que llevan por encima de la rodilla y el objeto no puede evitar excitarse de nuevo. mi Señor saca la mordaza de pene y la usa con el objeto, no poniéndosela sino usando el pene para penetrar al objeto, pero es demasiado pequeña, esa el menos. el objeto supone que va a coger alguna de las otras que son más grandes pero no lo hace. en vez de eso sigue ordenando al objeto que lo excita y le de placer. el objeto obedece ciegamente. realmente no decide hacer nada, solo sigue las órdenes de mi Señor. no hay voluntad ni decisión involucrado en todo esto. 

en un momento dado ordena que lo lleve al baño, lo siente en la silla donde suele torturar al objeto y que lo ate. el objeto obedece sin dudar, y cuando está atado de pies y manos comienza a comerle la polla como nunca lo ha hecho. mi Señor se resiste y se mueve. el objeto sigue sin parar. le hace una felación como si la vida le fuera en ello y nota el líquido preseminal llegando a su boca. mi Señor está gozando, pero no es suficiente. después de un buen rato, con un gesto rodena que lo desate y lleva al objeto fuera. El se tumba en la cama y pone al objeto de pie frente a ella. "Te compraría como esclavo si hubiera un mercado porque eres de mi propiedad". y diciendo esas palabras se corrió. posteriormente, sin ninguna necesidad de hacerlo, le dijo al objeto que quería comprobar si podría correrse sin que Él interviniera, que el objeto hiciera que se corriera. quería sentir el placer de otro fuera quien lo consiguiera. "Lo que está claro", dijo, "es que ya no piensas ni juzgas. Solo obedeces. Te puedo decir cualquier cosa que eso no influye ni menoscaba mi autoridad. Estás completamente sometido". y luego añadió "Viste que al final me corrí viéndote como lo que eres: mi propiedad". durante todo este tiempo el objeto no pronunció palabra. no dijo nada. se mantuvo en silencio absoluto.

más tiempo de lectura y la cena terminaron el día y a una orden de mi Señor el objeto volvió a acostarse en el suelo, con los grilletes puestos.

sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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