un día de esos de 10 horas de trabajo, que el objeto sabía que iban a venir, pero esperaba que no fueran mucho. por ahora solo ha tenido uno. como el trabajo es nuevo, el equipo también y hay mucho que preparar, programar, organizarse, pero sobre todo conocerse. curiosamente, y lo que es un buen síntoma, el objeto ha sentido a los egos bastante suaves hoy, bastante retraídos, casi inexistentes. todos hemos sido muy amables y agradables y estamos ilusionado con el nuevo trabajo. no se puede pedir más. comenzamos a las ocho de la mañana y terminamos a las seis de la tarde con hora y media de comida, que se convirtió en una comida de trabajo igualmente. nada que objetar por parte del objeto, salvo tal vez un poco de dolor por las botas después de llevarlas todo el día con un calor y una humedad que parecía el trópico. pero nadie dijo que ser esclavo fuera fácil.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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