el día comenzó
temprano, con una ducha. ducharse con la correa y los grilletes resulta
extraño, pero cuando está aquí, es lo que es el objeto. cuando el objeto
llega a su celda el Dueño le ordena ponerse las botas rojas. El Dueño
le ata con una cuerda y pone las manos a la espalda, uniéndolas con una
cadena. También le puso una mordaza de bola. la bola es roja y
últimamente es la preferida del Dueño, tal vez porque hacen juego con
las botas. así lo tuvo el Dueño más de una hora. a eso añadió un antifaz
que sumió al objeto en la oscuridad. de la falta de costumbre al objeto
comenzaron a dolerle pronto los brazos.
cuando pasa el tiempo el
Dueño saca al objeto de su celda y le encadena por delante. lo tumba en
la cama y vuelve a ordenar al objeto que le de placer. esto lleva aún
sus botas roja. todo se volvió entonces muy físico, muy sexual. el
objeto acariciaba al Dueño y este se excitó muchísimo. le comía la polla
mientras rozaba sus botas, las del Dueño. entre las cosas que le dijo
fue que tenía que castigarlo por la iniciativa del control de la
respiración de ayer. el Dueño volvió a correrse pero antes tuvo que
salir de la habitación. el objeto se quedó inerte y empezó a entrar en
un subspace muy profundo tanto que perdió el control de su cuerpo. fue
como en otras ocasiones. la mente del objeto estaba activa, muy activa,
consciente. oía todo, veía todo, pero era incapaz de mover un solo dedo.
cuando
el Dueño regresa lo encuentra en la misma posición en la que lo dejó.
como en otras ocasiones tuvo que saca al objeto de ese estado con sus
palabras. poco a poco el objeto volvió a salir de ese estado en el que
se encontraba y volvió con el Dueño, que lo encerró de nuevo en su
celda. allí comió y estuvo buena parte de la tarde. el objeto no habría
pronunciado ni una sola palabra.
a última hora de la tarde volvió a
sacar al objeto y le hizo hacer una escena en la que no hablaba mientras
el Dueño lo grababa. ese siempre es el epílogo de todos los viajes, una
especie de recordatorio. esta sesión terminó con el Dueño corriéndose
de nuevo. La sensación que le queda al objeto es la adoración que sentía
y mostraba al Dueño, en completo y absoluto silencio. El objeto había
llevado todo el día las botas rojas, los grilletes, la cadena y no había
pronunciado ni una sola palabra.
desde que llegó ayer por la noche,
el Dueño había controlado todo. el objeto no había tenido que decidir
absolutamente nada. el Dueño amordazó al objeto pero era completamente
inútil porque el objeto se sentía incapaz de hablar. así terminó el día.
la valoración del Dueño es positiva porque, a pesar de haber estado
sólo un día, mereció la pena estar bajo sus botas.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
sábado, 14 de enero de 2023
día 4748 de esclavitud, castrado permanentemente
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