simbólicamente no hay acto más profundo que arrodillarse. es lo que se hace ante los dioses, lo que se hacía ante los reyes que eran dioses, y lo que hacemos ante nuestros Amos y Señor. para nosotros son eso: reyes y dioses. nos controlan, nos poseen, buscan nuestro bien, nos llevan a desarrollarnos plenamente. rendirles obediencia es un pequeño elemento en respuesta a todo lo que Ellos nos dan. de ahí la mirada de devoción del sumiso. de ahí la mano sujetando del Amo. ambos están cautivos, uno por ser propiedad del Otro; el Otro por haber conseguido lo que siempre deseó. es más que una relación simbiótica. va más allá porque para los inferiores es una relación de dependencia.
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