el objeto ha ido a
trabajar, nuevamente, con botas. ya están integradas en la vida
cotidiana. no sabe si, como creen algunos, el hecho de dejar el zapato
plano ayudará a los restos de la lesión que tiene el objeto. el hecho es
que ha vuelto a sentir que ya no puede vivir sin ellas. el principal
problema para no llevarlas era que no se las podía quitar ni poner con
la lesión de espalda pero ese tiempo ya pasó. el objeto se había
olvidado lo que era escuchar sus pasos, sentirlos sobre el suelo a
través de las botas, notar la presión de ellas. no, no puede vivir sin
botas. es lo que el Dueño siempre quiso: un objeto embotado, enjaulado y
ahora amordazado permanentemente. porque hoy el objeto ha hablado lo
imprescindible, lo necesario, lo estrictamente justo para mantener su
farsa de ser humano.
a última hora de la tarde le dolía la pierna un
poco así que fue a la piscina. no había ido desde que regresó de madrid
y tal vez por eso se sintió un poco incómodo porque estaba seguro de
que la jaula era apreciable a través del bañador. además, después del
ejercicio, en el vestuario, tuvo que quitárselo y sintió como que todo
el mundo lo miraba. al final no le miraba nadie pero no hay nada como
tener algo como una jaula en los genitales para creer que todo el mundo
se da cuenta de que la llevas. cuando el objeto pensó en eso después el
sentimiento fue otro, fue de orgullo. no fue el orgullo propio del ego
que te hace hacer y decir cosas estúpidas sino el orgullo de obedecer al
Dueño y de saber que le perteneces.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
lunes, 17 de octubre de 2022
día 4658 de esclavitud, castrado permanentemente
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