jueves, 6 de octubre de 2022

día 4647 de esclavitud, castrado permanentemente

después de casi medio año sin poder viajar y con dolores por la lesión en la espalda y la pierna, el objeto va a coger un avión dos veces en dos semanas. la pasada fue por cuestiones de trabajo y esta para ir a adorar al Dueño, y ponerse las botas rojas. mañana lo cogió el objeto de asuntos propios pero hoy tuvo que ir a trabajar. la expectativa de salir de viaje hizo que las horas de la mañana se fueran rápido y bien, sin contratiempos. el aeropuerto y el avión también fueron sin problemas. de hecho el viaje se le hizo muy corto al objeto. el único inconveniente fue que tuvo que ir con zapas porque todavía no se atreve con las botas y así lo ha ordenado el Dueño.
siguiendo los rituales el objeto fue en metro hasta alonso martínez y allí cenó en un burguer en la calle génova. al salir de allí el objeto llevaba una mascarilla pffp2 y bajo ella estaba amordazado con cinta aislante negra. ya eran las once de la noche y el Dueño ordenó al objeto que fuera a la casa.
cuando llegó al portal, y siguiendo órdenes, mandó mensajes de que había llegado y entonces, en menos de un minuto, a pareció el Dueño en la puerta. llevaba puesta una camisa azul, unos pantalones de cuero negro y las botas sendra negras y azules repujadas., las mismas que llevaba la primera noche que nos vimos en persona, cuando convirtió al objeto en su esclavo. el Dueño abrió la puerta y en el vestíbulo le puso la cadena y el candado al cuello, candado que cerró inmediatamente.
subiendo en el ascensor le quitó al objeto la mascarilla y vio que efectivamente estaba amordazado. llegamos a la casa e inmediatamente el objeto se arrodilló y empezó a lamer las botas y el cuero del Dueño. aunque no tiene derecho estaba muy excitado por verlo en esa forma. el Dueño empezó a hablarle y le quitó la mordaza para que el objeto pudiera lamer las botas y el cuero pero sin pronunciar palabra. durante un rato el Dueño permitió que el objeto lamiera sus botas y oliera sus cuero mientras le decía que había llegado a casa y que todo estaba bien, que Él sabía que el objeto lo necesitaba y que estaba allí para obedecer y dar placer al Dueño.
aunque no estaba en los planes iniciales del Dueño, sacó las botas rojas. solo verlas al natural eran impresionantes. el objeto no pensó que fueran así. a estas alturas la jaula del objeto ya había sido puesto a prueba suficientemente y aún habían de serlo más.
el objeto se puso las botas y comprobó, con gran satisfacción que le cabían y en cuanto lo hizo se excitó aún más y aún sabiendo que no tenia derecho a hacerlo. el objeto se había quitado la ropa por orden del Dueño,quedándose en ropa interior y las botas puestas. la mirada del Dueño fue muy extraña porque solo la había visto el objeto cuando vio al objeto por primera vez vestido de latex. era esa mirada. inmediatamente el objeto supo que habíamos cruzado otra frontera y que esas botas lo iban a acompañar mucho tiempo.
el Dueño amordazó entonces al objeto con una mordaza de bola, no porque temiera que hablara, cosa que no iba a ocurrir, sino porque al Dueño le excita así y quiere ver al objeto de esa forma. luego lo tumbó en la cama y le ató haciendo un hogtied, con las piernas dobladas y unidas a las muñecas, que estaban atadas a la espalda ya que el objeto estaba boca abajo. hacía tiempo que el Dueño no ataba al objeto de esa manera y fue como volver a casa, de verdad. además el Dueño dijo algo que marcó al objeto:
-Son botas humillantes. Son botas de puta. Tú eres mi puta.
al objeto nunca le ha gustado la feminización ni la syssificación pero aquellas palabras lo perforaron y pensó "sí, quiero ser su puta, con toda el alma y todo el cuerpo". por supuesto el objeto solo pudo emitir un gemido a través de la mordaza. el Dueño dejó que el objeto se debatiera un tiempo intentando, inútilmente, liberarse. el Dueño dejó el objeto así durante un rato hasta que lo soltó. entonces el objeto se arrodilló varias veces delante del Dueño tocando con su frente el suelo justo a sus botas. el Dueño sorprendió al objeto abrazándole y dándole un beso estando amordazado.
a continuación el Dueño sentó al objeto en una silla y le puso un pañuelo sobre la mordaza de bola y le dijo que se moviera para excitarle. el objeto obedeció y se movió como quería el Dueño. casi inmediatamente el Dueño se corrió sobre las botas rojas. de esa forma quedaron definitivamente bautizadas.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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