oscuridad y solo oscuridad. no hacía más que recordar la propuesta que le había hecho el Amo: siete días con la camisa de fuerza. sin liberarlo, totalmente dependiente, a su merced. él aceptó excitado, hasta que se vio indefenso. entonces lo amordaza con un tubo de latex que pasó a través de la capucha que lo sumisión en la oscuridad. a partir de ahí no pudo protestar ante la jaula de castidad, el buttplug o las pinzas. el tiempo empezó a medirse por los momentos que el Amo usaba a su esclavo. el resto era oscuridad.
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