si hay algo que caracteriza la sociedad contemporánea es la exaltación de la libertad hasta límites insospechados, convirtiéndola en un absoluto. de lo que no hay duda es de que esa libertad ha posibilitado, por ejemplo, que el objeto pueda escribir este blog, y los bdsmeros podamos tener cierta capacidad para encontrarnos y vivir nuestra sexualidad. sin embargo llevada hasta el extremo, hasta convertirla en absoluto hace que el más fuerte se imponga siempre, que los privilegiados establezcan las normas, que la desigualdad se institucionalice y se perpetue. el objeto es consciente de la ironía de que sea el objeto quien lo diga, pero la asimetría en la que vive el objeto es algo buscado, deseado y necesitado. es la paradoja del bdsm. los inferiores "elegimos" someternos y vivir sirviendo a los Superiores. por eso somos rechazados, porque una sociedad que absolutiza la libertad no puede entender la esclavitud voluntaria. y también precisamente por eso tenemos los inferiores una función "profética", de denuncia de una situación en la que el ego toma las riendas y se convierte en lo único importante.
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