hay una extraña sensación cuando se combina una figura de autoridad con una práctica bdsm como la humillación o el bondage. tal vez sea esta contradicción la que convierte estas imágenes en tan atractivas. alguien que en el mundo vanilla tiene poder, autoridad, incluso prestigio se convierte en el bdsm en un inferior sin poder, sin autoridad y sin ningún prestigio. es una más de las paradojas de una relación D/s (Dominación/sumisión). en muchas ocasiones se comenta que precisamente la gente que tiene cargos o reponsabilidades de autoridad son las que más necesitan someterse, como una forma de encontrar el equilibrio, de compensar determinados aspectos de su vida. policías que se convierten en esclavos o ejecutivos que sirven a Amas o Amos parece ser una figura recurrente en el mainstream. sin embargo al objeto siempre le ha parecido que es una forma sutil de infravalorar la sumisión, que cree tiene valor por sí misma. someterse y servir no significa necesariamente que haya una necesidad de compensar, salvo tal vez una necesidad de realizarse. en cualquier caso tampoco importa mucho el camino. lo importante es a donde se llega y cómo se mantiene uno en él.
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