los fetichistas tenemos una característica en cuanto a nuestras relaciones: hemos prescindido de la piel, al menos la piel humana. la razón es que la hemos sustituido por otra piel diferente: piel natural en el caso del cuero, piel artificial en el caso del latex. ya no es necesario tocar la piel del otro para sentir, de hecho es mejor no tocar la piel del otro si queremos sentir. el cuero es suficientemente suave, oloroso, duro, brillante. ¿quién querría algo menor cuando puede tener el gran premio? la piel humana no llega al nivel del cuero o el latex para el fetichista, por eso podemos eliminarla de la ecuación. la nueva piel nos recubre y nos protege como la antigua, hasta el punto de parecer una armadura moderna. el cuero es un material ligado al hecho de cubrirnos para protegernos del frío, o sencillamente por pudor. nuestro primer traje fue la piel de otro animal, eso sin duda. nosotros solo perpetuamos esa "tradición" primigenia, pero la elevamos a una categoría superior, a un rango más elevado. lo convertimos en un fetiche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario