lunes, 20 de junio de 2022

día 4539 de esclavitud, castrado permanentemente

el objeto cometió un pecado. el tema de la espalda ha hecho que el objeto se replantee algunas de las cosas que hace, especialmente la cuestión de como trabaja. el Dueño había concecido permiso para cambiar el escritorio en el que trabaja el objeto y comprar uno regulable para, cuando lleve algún tiempo sentado, poder seguir trabajando de pie. hoy surgió la oportunidad de ir a una tienda cercana para ver un modelo y el objeto fue, pero sin ponerlo bajo las botas del Dueño. allí efectivamente, encontró un modelo aceptable y con un precio razonable, y lo compró. no fue el acto de la compra sino el hecho de ir sin ponerlo bajo las botas del Dueño lo que constituye un pecado. la cosa, como suele serlo en ciertas ocasiones, está dentro de la franja del gris, fuera del negro y del blanco, porque la autorización implícitamente, implica ir a comprarlo, pero eso no es más que un sofisma que encubre la realidad. esa realidad es que el objeto no se lo comunicó al Dueño ni lo puso bajo sus botas y el Dueño debe saber en todo momento donde está y lo que está haciendo el objeto. así es como tiene que ser por ser de su propiedad. fueron los término del acuerdo, los término de la aceptación de la esclavitud. ahora no se pueden reducir ni eliminar, ni adaptar a la conveniencia del objeto. por eso no queda otro remedio que suplicar perdón al Dueño y recibir el castigo que considera oportuno.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

No hay comentarios: