para el objeto algo falla en esta imagen. algo no está bien. o es la desnudez porque un esclavo no debe esconderse detrás de nada si su Amo no lo quiere así. tampoco es el collar y la cadena que señalan su condición de esclavo, de inferior. ni la capucha que le priva de identidad, de rostro, de nombre. lo que el objeto siente que anda mal en esta foto es el apéndice empalmado del sumiso. la castidad, forzosa o voluntaria, se ha extendido tanto que al objeto le resulta extraño encontrarse un inferior que no tenga una jaula puesta. no es una cuestión de excitación, porque los enjaulados también sentimos excitación, dolorosa, pero excitación, es una cuestión de control, de sometimiento. quien controla tus deseos, quien controla tu sexualidad, controla todo tu ser. nunca deberíamos perder de vista este principio, que es la base de todo el bdsm. y no hay mejor forma de controlar el deseo de un inferior que mediante la castidad. algunos bajamos y profundizamos tanto en ella que llegamos al extremo de resultarnos asqueroso pensar siquiera en volver a eyacular. por eso el objeto habla de castración, una castración psicológica, que puede ser tan efectiva como la física o la química, y que se hace en beneficio de un bien mayor: la sumisión y la obediencia absoluta al Dueño.
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