aunque el objeto no es excesivamente amante del término alpha, no puede dejar de aceptar que es una realidad palpable. alpha es la primera letra del alfabeto griego, y por tanto, expresa la posición inicial de alguien con respecto al resto. normalmente se aplica a los Amos, a los Superiores, pero últimamente también lo ve aplicado a determinados inferiores que están en un estado superior a otros inferiores. por ejemplo en un grupo de tres perros, uno lleva la voz cantante. parece ser que la palabra originariamente se aplicaba en los animales que van en manada a aquel que dominaba al grupo, al jefe de la manada. de ahí llegamos a una afirmación básica y sencilla: todos los Amos son alphas, pero no todos los alphas son Amos. podríamos hacer entonces una distinción entre alphas y Alphas. en el caso de los inferiores los alphas lo son con respecto a otros inferiores pero nunca a un Superior. porque los Superiores, como el de la imagen, destilan autoridad, les sale por los cuatro costados. no necesitan hacer ningún esfuerzo para demostrar y mostrarse como Alphas. lo mismo le ocurre al Dueño. su mera presencia es suficiente para que la gente se someta y quiera obedecerle. verlo al natural es algo espectacular. es como un embrujo, como si de pronto la gente sólo quisiera agradarle y que se sintiera bien. no es una cuestión física porque el Dueño no es alguien musculoso, o excesivamente alto. sencillamente ocurre, es como si desprendiera un aroma que cautivara a todo el mundo. después de tantos años el objeto sigue sin poder explicarlo bien, pero así es.
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