el dolor sigue
formando parte de la vida del objeto, pero no es el dolor infligido por
el Dueño, lo cual le quita valor y lo priva de sentido. el dolor es el
dolor, pero no es lo mismo sentirlo porque el Dueño lo desea que por
cualquier otra causa. aún siguiendo sin ser un masoquista, el objeto
nota y siente la diferencia. lo único que el objeto puede hacer, y hace
cada día, es poner este dolor delante de las botas del Dueño. las botas
del Dueño lo representan a Él, en cierto sentido son Él mismo. por eso
el objeto las adora, las besa, las lame y pone ante ellas todo lo que
es. pero hoy las botas del Dueño están lejos, y el objeto ha tenido que
volver a vivir simulando ser humano en un mundo que le es ajeno y que le
produce rechazo. lo ha hecho por obediencia, pero también con dolor.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega
martes, 26 de abril de 2022
día 4484 de esclavitud, castrado permanentemente
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