martes, 8 de marzo de 2022

día 4436 de esclavitud, castrado permanentemente

ha pasado una cosa inconcebible, al menos el objeto no acaba de entender. hoy, como ayer, el objeto se desveló a las cuatro de la mañana. no fue algo traumático ni nada. sencillamente no tenía más sueño y no quería seguir durmiendo, así que se levantó y se puso a trabajar. entonces se dio cuenta de que se le hacía tarde. se duchó rápidamente y se fue a trabajar. justo al rato el Dueño le escribió preguntándole donde estaba el saludo de todos los días y el envío de la agenda de la jornada. el objeto no se la había enviado.  por supuesto eso constituye una falta grave y un pecado hacia el Dueño. el primer impulso del objeto fue poner una excusa, decir que había pasado algo, pero duró apenas un segundo. así que el objeto le dijo la verdad al Dueño, que contestó que estaba ocupado por la mañana pero que pensaría en un castigo. lo interesante del día fue que el objeto no sintió nada. en otras situaciones se hubiera sentido angustiado, ansioso y nervioso todo el día pero, contrariamente, estuvo tranquilo, muy tranquilo. esto no lo vivió como algo negativo sino más bien al contrario, como un cumplimiento de las órdenes del Dueño. esto acepta el castigo que se merece, de una manera tranquila, sin resistirse, sometido, controlado, sojuzgado. no hay lucha ni combate, ni ansiedad, solo aceptación. si el objeto consiguiera mantener este estado el resto del tiempo habría cumplido el deseo y la orden del Dueño: la ataraxia.
por la tarde el Dueño dijo al objeto que su castigo sería físico y que sería infligido el fin de semana del 17, cuando estuviera en su presencia. tampoco eso alteró al objeto, sabiendo que será duro. esto acepta y acoge todo lo que venga del Dueño. si decidiera abrirlo en canal, estaría en Su derecho de hacerlo con el objeto, esto no es nada para resistirse, así que si el castigo es muy fuerte, muy duro, que así sea, porque va acorde con el pecado realizado.
es una extraña coincidencia, o no, que justamente haya pasado esto el día que el objeto no lleva la jaula porque aún la rozadura no se ha curado. este hecho se lo presentó el objeto al Dueño y también pensó que era una extraña coincidencia, o no. tal vez el objeto ha llegado a un punto en el que la necesidad de estar encarcelado es tan grande que cuando no lo está se pierde completamente, se vuelve olvidadizo, dejado, entra en la espiral del ego y comienza el sufrimiento. el Dueño lo confirmó. esto necesita estar encerrado, por su bien, para su protección, para que no caiga en la desidia y se pierda completamente. la jaula hace que el objeto se centre, al menos hasta que pueda ser encerrado completamente en una jaula de verdad, con barrotes que mantengan su cuerpo protegido del mundo.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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