existe una practica que el objeto realizó mucho en su momento: el autobondage. recuerda cuando era joven como, aprovechando que quedaba solo en casa, se ataba con una cuerda pies y manos e imaginaba que era secuestrado o abandonado por alguien. indefectiblemente eso desencadenaba una erección que acababa en eyaculación debido a la situación. más adelante el objeto consiguió unas esposas y las usó para eso. cualquiera que ha practicado el autobondage se ha encontrado en alguna situación en la que pensaba que no podría liberarse, y ha ocurrido así que no deja de ser una práctica peligrosa, pero también es cierto que todas lo son. por eso las medidas de seguridad son tan importantes en las sesiones. en cualquier caso el autobondage no deja de ser un sucedáneo, una consolación frente al hecho de que otro te ate, o te ponga las esposas, lo cual es también una práctica de riesgo porque estás a merced de esa persona de una forma que es difícil de expresar. sea de una manera o sea de otra, los amantes del bondage nos vemos abocados a hacerlo, a arriesgarnos, a intentarlo. el objeto sólo ruega que lo hagan con cuidado.
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