a medida que el objeto ha sido entrenado por el Dueño, y Éste ha organizado su vida por medio de leyes, normas y rituales, el objeto ha caído en la cuenta de determinadas cosas. algunas las ha aprendido muy rápidamente y otras le ha costado un poco más. una de las más difíciles es darse cuenta de que su opinión, sus ideas, y sus creencias no merecen atención, no sirven, no valen. entiende el objeto que esto puede ser llamativo e incluso producir rechazo en algunas de las personas que leen este blog, pero lo que es bueno para el objeto no tiene que serlo para otro inferior. de hecho una de las principales características del bdsm es que establecemos, mediante negociación, los límites y los principios de la relación. dentro de este contexto, cuando el objeto se convirtió en eso, en un objeto, inmediatamente sus opiniones carecieron de sentido, de importancia, de valor, al igual que sus ideas. por eso ahora el silencio. delante del Dueño el objeto no tiene nada que decir, sino obedecer ciegamente. por eso, y porque el Dueño se excita enormemente viendo al objeto amordazado, las mordazas forman parte de su vida. delante del Dueño el objeto no puede estar sin amordazar, igual que no puede estar sin botas o sin jaula. en los últimos viajes, si tenía que decir algo lo hacía escribiendo. para eso siempre llevaba una libreta. y es altamente efectivo, enormemente efectivo. ese silencio da al objeto una enorme y profunda paz.
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