el objeto tiene la
sensación de que no ha parado en todo el día. de hecho ha tenido apenas
20 minutos para comer. ni siquiera ha podido quitarse la ropa para
hacerlo. por tanto ha sido un día completamente humano, tremendamente
humano, pero el objeto y especialmente el Dueño no ha permitido que el
ego se imponga, ni siquiera que se haga presente. los rituales con los
que el Dueño ha aprisionado al objeto hacen su efecto, tienen sentido.
el día del objeto está lleno de estas pequeñas acciones que el Dueño ha
establecido, como el saludo inicial, o comunicar los cambios de
actividad. es como si el Dueño estuviera pendiente en cada momento del
objeto, de hecho lo está. al objeto le maravilla la jaula, las cadenas
invisibles que ha colocado en la vida del objeto. ya no puede vivir sino
a través de ellas, con ellas, para ellas. cuando está en casa del Dueño
con los grilletes y la cadena al cuello no son más que las
materializaciones de una realidad, de algo que vive todos los días: que
incluso días como el de hoy, donde no ha parado, sigue siendo un objeto
esclavizado.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
viernes, 18 de febrero de 2022
día 4418 de esclavitud, castrado permanentemente
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