parece que en esta sociedad todo el mundo quiere ser alguien, quieren ser famosos, salir en la tele, que le reconozcan por la calle. la nueva versión de eso es que todos los jóvenes, y algunos no tan jóvenes quieren ser influencers, tener miles de likes y miles de seguidores en las redes sociales. parece como que todos quieren ir a la última, disfrutar de los placeres y las comodidades de la vida y ganar mucho dinero trabajando poco. en este contexto es casi inconcebible una relación bdsm. por lo menos desde la perspectiva de un objeto, que no soportaría ser famoso, que solo desea desaparece bajo una capucha, sin poder ser reconocido, que aborrece su nombre de humano y que ya no puede vivir sin la jaula de castidad. no es comprensible algo que desea vivir encerrado, en bondage la mayor parte del tiempo, aislado del mundo y teniendo al Dueño como único contacto con el exterior, entre cuatro paredes olvidando su pasado humano. tal vez por eso el bdsm, y en concreto la vivencia de objeto sea tan incomprendida, porque es una crítica directa a lo que la mayoría de la gente busca y quiere, aquello que desean con más ahínco.
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