cuero, botas y bondage, casi podríamos decir que es la santísima trinidad del fetichismo porque son los tres elementos que más atraen al Dueño. cada uno expresa y visibiliza algo más profundo: el cuero la autoridad, las botas el poder y el bondage la indefensión. como se ve son tres cosas que podrían parecer excluyente, tal vez por eso el cuero siempre se ha vinculado con los Amos y el poder, mientras que el bondage tiene que ver clarísimamente con el arte de dominar. no son pocos los que consideran que atar bien es un auténtico arte, y el resultado de hacerlo, una obra maestra. sea o no así está claro que en medio de una sesión el bondage no tiene que ser tanto atractivo como efectivo. atas las manos, especialmente a las espaldas, es la mayor manifestación de tomar el control, de dominar a alguien, de tenerlo a tu merced, de poder hacer con él lo que quieras. no podrás resistirse, no podrá evitar lo que le ocurra. ante un inferior atado estás ante alguien sin voluntad, porque aunque la mantenga interiormente nunca podrá manifestarla o llevarla a cabo.
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