toda relación bdsm se basa en una relación de poder y en qué se hace con él. normalmente uno lo cede, renuncia a usarlo y el otro lo toma, usa el propio y el ajeno. esa es la base de la Dominación y la sumisión. todo lo demás, los fetiches, los rituales, los símbolos... son añadidos a este hecho fundamental y fundante. cuando no se tiene esto en cuenta entonces se convierte uno en miembro de la nueva guardia, aquellos que ven el bdsm como una forma esporádica de excitación y de practicar sexo. para los demás, para aquellos que sentimos el poder de los Amos como algo que nos alimenta, vivimos cada encuentro, cada sesión, como si fuera nos dieran la vida. otra paradoja del bdsm, con elementos muy religiosos: cuando nos perdemos en la sumisión, nos encontramos a nosotros mismos.
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