Dueño y objeto han
estado muy cerca hoy, a pesar de que hay un océano entre los dos.
gracias a que vivimos en esta época de internet la comunicación puede
ser instantánea. estuvimos hablando mucho sobre el presente y el futuro.
lo primero fue el tema de las mordazas. el objeto le dijo al Dueño que
cada vez se sentía peor por estar sin ella. el silencio ya es una
realidad. el objeto no hablará en presencia del Dueño más, manteniendo
siempre el silencio. pero eso no es suficiente. el Dueño quiere que el
objeto esté amordazado. a veces hay ocasiones en las que una simple
frase del Dueño taladra al objeto. la de hoy ha sido "No puedes imaginar
el placer que me produce verte amordazado". ha sido como un mazazo al
interior del objeto, como si algo lo destrozara por dentro. por supuesto
ha sido suficiente para que el objeto se sintiera desnudo si no tiene
una mordaza puesta.
a continuación el objeto puso bajo las botas del
Dueño confesar. ayer el Dueño le dijo que había comprado una cosa a
cuenta del objeto. el Dueño tiene acceso a varios perfiles como amazon y
páginas parecidas donde compra cosas y se cargan a la cuenta del
objeto. ante una frase del Dueño el objeto se sintió mal y hoy lo ha
puesto bajo las botas del Dueño con una propuesta: instaurar el diezmo.
el diezmo es un mecanismo que usó la iglesia en la edad media y que
consistía en que los feligreses daban a la institución el 10% de sus
ingresos. siendo el Dueño quien es qué mínimo que hacer eso. el Dueño
rechazó al principio por pensar que eso convertía al objeto en un
esclavo cash, pero el objeto le dijo que no lo era. como objeto todo lo
que el objeto tiene o gana pertenece al Dueño, esto es sólo una forma de
organizar este tema. además un esclavo cash tiene un control sobre el
Amo que no se corresponde a la relación que mantienen Dueño y objeto. al
final aceptó y le gustó la idea y ese dinero se utilizará según su
criterio, incluso con la posibilidad no solo de botas para el Dueño sino
material para usar con el objeto. conversamos sobre la mejor forma de
hacerlo, si era con una cuenta o llevando una contabilidad y el Dueño
decidió que la segunda forma era mejor. así que ahora el objeto lleva
una contabilidad donde cada mes añadirá el 10% de todos sus ingresos y
el Dueño dispondrá de ese dinero a su conveniencia.
para terminar el
Dueño dio otra vuelta de tuerca. ya lo había hecho antes pero ahora lo
ha decidido. la dependencia del objeto con respecto al Dueño es tal que
todo lo que dice es Dueño es una orden. por tanto ya no concederá
permiso, ya no cederá nada, todo será una orden que viene de Él. parece
una tontería, un mero cambio formal, pero la realidad es que ahora la
presión es mayor, el control es mayor. el objeto no tiene margen de
actuación. todo es una orden. el Dueño le ordena vivir, le ordena
trabajar, le ordena respirar. eso significa en cierta medida que cuando
deje de ordenarlo el objeto estará perdido. hoy, nuevamente, el Dueño ha
tirado de la cuerda. ha apretado las cadenas. el objeto está más sujeto
que nunca.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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