el objeto ha pecado.
ese es el verbo que mejor expresa lo que le ocurre al objeto cuando no
cumple las órdenes del Dueño. no es una simple desobediencia, es algo
más grave, porque el Dueño es lo más importante, lo que da sentido a la
vida del objeto. esto ha nacido para servirle y obedecerle. no hacerlo
por las circunstancias que sean es fallar estrepitosamente. ayer el
Dueño envió unos enlaces para que le bajara unos videos. hoy por la
mañana el objeto aún no lo había hecho. el Dueño, en vista de este
pecado, ha castigado al objeto ordenándole no llevar la muñequera de
cuero que lleva siempre desde el último viaje y que representa
precisamente al Dueño. Sus palabras fueron categóricas: "Y porque no ha
sido tan grave no te ordeno ir sin botas o sin jaula". y esto es
auténticamente un castigo para el objeto. de hecho lo ha pasado mal todo
el día por no tener la muñequera. "Cada vez que veas tu muñeca vacía
recordarás lo que has hecho". el Dueño es magnánimo y misericordioso,
pero duro en los castigos. el objeto hubiera preferido mil vez unos
azotes, una tortura con pinzas o cualquier otra cosa que sabe que había
fallado al Dueño de esa manera. esto siempre dice que ha aprendido la
lección pero después de doce años de entrenamiento sigue fallando de vez
en cuando. y el Dueño es tan paciente que siempre lo entrena y lo
adiestra para que no se pierda.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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