el objeto no sabe por qué, pero cuando ve una Foto del Día, se fija de pronto en detalles que le ayudan a hacer el comentario y que, en última instancia, explican por qué ha elegido esa imagen y no otra. el primer impulso con la de hoy era evidente: dos lederones, completamente encuerados, embotados, en la naturaleza, etc. a partir de ahí el objeto se pregunta por la historia de la imagen, por aquello que encierra. la mira más detenidamente, fijándose en los detalles y entonces empieza a captar cosas que no le cuentan la historia de la imagen, pero sí le permiten construirse una. en ese caso ha sido la mano izquierda del lederón de la derecha sobre el que mira más de frente. para el objeto ese gesto es un gesto inequívoco de control, de dominio, de protección, de propiedad. y entonces se disparan los mecanismos en la mente del objeto y empieza a crear la historia de esa relación. luego se fija en las distintas botas que llevan, uno altas y el otro no tanto, de las miradas, de los gestos, y con todo eso su imaginación pinta un cuadro que no tiene que ser real, pero que al objeto habla de sumisión, de esclavitud, de entrega, de obediencia, de control, de poder, de servicio, de fetichismo, de entrenamiento, e incluso de dolor y tortura. los límites los establece la propia imaginación.
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