lunes, 29 de noviembre de 2021

día 4336 de esclavitud, castrado permanentemente

al final la prueba del esclavo en prueba no ha durado mucho. ayer el objeto, siguiendo instrucciones del Dueño, permitió al esclavo en pruebas correrse. llevada sufriendo, según dijo, todo el día. sin duda era un riesgo porque los ciberpajilleros pierden todo interés cuando lo hacen. y así ocurrió. de madrugada, ya que hay una diferencia horaria de seis horas, el esclavo mandó un correo al Dueño y al objeto diciendo que no se sentía capaz de seguir, que no podía responder a lo que exigía esta vida. sinceramente el objeto no lo sintió demasiado, de hecho lo esperaba en cualquier momento, pero esto cree que el Dueño se sintió decepcionado. el objeto nunca lo había visto así con ningún otro inferior. habló con él, lo orientó, le dedicó tiempo, poco en unos días, pero tiempo al fin y al cabo y el tiempo del Dueño vale oro. cuando pudimos hablarlo, el Dueño sorprendió al objeto: le dijo que estaba orgulloso de cómo lo había llevado como esclavo alpha o como capataz. también dijo el Dueño que le daba pena porque era evidente que había un ansia de sumisión que volverá a salir. en palabras del objeto a este inferior le tocó la lotería y quemó el boleto. cualquier cosa hubiera sido afrontada, trabajada, madurada. el Dueño habría tenido paciencia, como la tuvo con el objeto porque había fondo, madera de sumisión, necesidad de obedecer. sin embargo prefirió dejarse llevar por el ego y el miedo. una auténtica pena.
la otra cosa que ha salido bueno de todo esto es que ambos valoramos la relación que el Dueño ha ido forjando durante estos casi 12 años, que se dice pronto. son doce años de entrega, de obediencia, de castidad, aunque no desde el principio. tampoco la castidad era tan común cuando el Dueño encontró al objeto y lo tomó bajo su propiedad.
hay algo que admira al objeto. el Dueño podría estar enfadado, decepcionado, frustrado, cabreado... y sin embargo, sin descartar nada de eso, lo que sobre todo siente es pena, pena por el esclavo a prueba y pena por todos aquellos inferiores que están tan cargados de cosas, tan heridos, que son incapaces de asumir su propia realidad, su propia naturaleza. imagina el objeto que el Dueño habrá desistido, después de esta experiencia, de añadir un nuevo esclavo a su casa, lo cual es una pena porque aquí podrían encontrar un reposo a sus ansias, una respuesta a sus preguntas y un alimento para su hambre. pero como el Dueño dice, hace falta mucho valor para arrodillarse y admitir lo que uno es.

sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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