control. todo se
limita a eso, al control, porque el control da poder y una de las
definiciones de las relaciones bdsm es la de "intercambio de poder". el
inferior lo cede y el Superior lo recibe y lo usa. cuanto más lo usa,
más se da por sentada esa cesión, hasta que llega un momento en que no
hay que hacerla consciente sino que se da por hecho. algo así ha pasado
hoy. el Dueño le ha dicho al objeto que tiene que ser más duro con el
objeto, que debe ejercer más control y por tanto más poder. ciertas
circunstancias de la semana pasada, en concreto una confusión que se
produjo el miércoles, se resolverían si el control el mayor y el poder
se ejerce más severamente. ante esto el objeto no ha podido sino agachar
la cabeza y aceptar la realidad, que efectivamente es así. cuanto más
férreo es el control, más tranquilo vive el objeto, más en calma está,
más relajado se encuentra. hasta el objeto mismo encuentra difícil
escribirlo, porque no lo entiende muy bien, pero es así. el miércoles el
objeto, durante unos minutos, se sintió injustamente tratado, pero hoy
ha descubierto que no fue eso, que el Dueño no puede tratar injustamente
al objeto. fue un resto del ego que hizo que sintiera eso. la realidad
del objeto ahora es que sólo se puede tratar injustamente a los humanos y
el objeto no es uno de ellos. las botas del Dueño no pueden ser
tratadas injustamente. pueden serlo bien o mal usadas, y en función de
eso durarán más o menos, que tampoco es el caso, pero nunca se sienten
mal por cumplir con su sentido, para lo que fueron creadas: proteger los
pies del Dueño y hacer que se sienta bien llevándolas. si ese es el
destino de las botas del Dueño ¿cómo puede ser otro el del objeto? al
final todo se reduce a que el ego sigue aflorando de vez en cuando en
determinadas circunstancias. lo hace entre los humanos y, cuando el
objeto pasa un día entre ellos simulando ser lo que no es, al final
parece que algo se contagia. el mejor antídoto contra esto es el
control, y con él, ejercer el poder sobre el objeto para romperlo y
ponerlo constantemente en su sitio.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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