hay un error que corre por las redes, un estereotipo que hay que destruir y que empieza a afectar al objeto por razones obvias: el mito de la eterna juventud. el bdsm gay no es ajeno a este síndrome de peter pan por el que se supone que tenemos que ser siempre jóvenes y estar siempre estupendos físicamente. es cierto que, como en toda subcultura gay, los gimnasio, el ejercicio y la forma física ocupa un lugar importante, pero en el bdsm hay un elemento fundamental: la experiencia es un grado. y la experiencia, la auténtica experiencia, sólo se consigue con el tiempo. un esclavo joven es un esclavo novato, y un Amo joven, como mínimo, no suele ser un Amo muy experimentado, pero no por nada, sino porque materialmente no ha tenido tiempo de realizar y probar todo lo que debe probar y realizar para llamarse experto. el objeto comenzó su entrenamiento ya con cierta edad, porque fue el momento en el que el Dueño lo encontró. muchas veces hemos hablado de que posiblemente, si nos hubiéramos encontrado antes, no habría estado el objeto en el momento adecuado para empezar el entrenamiento al que lo ha sometido el Dueño. hoy, diez años más tarde, el objeto se sigue sintiendo un inexperto novato. definitivamente en el bdsm la edad y la experiencia son un grado.
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