ha vuelto a quedar claro hoy. puede llegar un momento de inflexión en el que el objeto no pueda seguir simulando ser humano a pesar incluso de la orden del Dueño de serlo. esto sabe que es una contradicción, porque si el Dueño lo ordena hay que obedecer, pero igual que el ordenador hal de una odisea del espacio, la contradicción inherente a dos órdenes opuestas puede llevar a un mal funcionamiento. el hecho es que esto siente que está llegando a unos niveles de sumisión e incluso diría de dependencia del Dueño que hacen que cada vez le sea más difícil y complicado cumplir su orden de parecer humano.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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