¿para qué tendría que hablar un inferior? ¿acaso su opinión es importante? ¿acaso tiene algo bueno que aportar? puede ser que sea así, en el caso de que el Amo reconozca en él cierto valor y quiera que lo entretenga o divierta, acudiendo a sus destrezas, como hacían los esclavos en la antigüedad recitando poesía o cantando, por ejemplo. fuera de eso ¿para qué hablar? de hecho muchos de los castigos que sufrimos los inferiores vienen de hablar más de la cuenta, de decir cosas que no deberíamos decir, o de poner peros a nuestros Superiores. no, la boca como órgano comunicativo no tiene sentido, aunque sí lo tiene como órgano para dar placer a nuestros Amo. de ahí las mordazas, su extensión y utilidad. las mordazas son fundamentales para nuestro entrenamiento porque nos ayudan a comprender que no tiene sentido nada de lo que digamos, de que nuestras palabras no merecen la pena. y hay mordazas y mordazas, como la que vemos aquí que es muy útil para que el inferior no deje escapar ninguna gota de la orina de su Amo. el hecho es que no sólo sirve para eso sino que, además, convierte al inferior en un objeto, en una especie de retrete andante, que sólo puede aceptar lo que el Amo le da y agradecerlo profundamente.
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