igual que la Dominación de la que hablábamos ayer, la sumisión puede manifestarse en edades tempranas. a veces viene oculta por la timidez, el apocamiento, la tranquilidad excesiva. en ocasiones se confunde con debilidad y los sumisos son objeto de burla y rechazo en la escuela. sin embargo hay que esperar hasta la adolescencia y la juventud para que esa cualidad se desarrolle adecuadamente. el problema es que no siempre ocurre. oculta por el peso de años y años de educación igualitaria, a los sumisos les cuesta comprender que no pasa nada si dan rienda suelta a sus deseos, si desarrollan su propia naturaleza. ser inferior, necesitar someterse, no es algo valorado por la sociedad, que huye de la humillación y parece que no concibe que haya jerarquías, cuando hay una estructura de clases que coloca a algunos por encima y a otros por debajo. además las prácticas de sometimiento se corresponden con un descenso en esa estructura social, al menos a nivel interno. un inferior sometido como el de la imagen de hoy, recuerda demasiado a un animal domesticado como para ser aceptado de esa forma por los miembros "bienpensantes" de su grupo social, sea cual sea. aunque en su interior sea el ser más feliz del mundo, y le inunde una profunda paz por haberse desarrollado definitivamente como lo que es, la crítica y la censura social son intensas y fuertes y el miedo al rechazo está siempre presente. el problema es que, en ese proceso de descubrimiento de la propia naturaleza, el inferior puede llegar a negarse a sí mismo, apareciendo la ansiedad, la depresión, la tristeza y la sensación de estar viviendo una vida sin sentido.
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