a veces no liamos, nos perdemos entre tanto material, entre tanto cuero, latex, botas, capuchas, mordazas, esposas.... y tanta parafernalia que es útil, excitante y puede servir para una sesión pero que no debe ocultar ni oscurecer lo principal: la sumisión. esta sumisión debe estar en todas partes, rezumar por todas las paredes y estar siempre presente, incluso aunque no haya cuero, latex, botas o capuchas. no es un objeto, es una actitud, un ritual, un comportamiento. dos tios aparentemente vanillas pueden llegar a ser lo más bdsm que uno se puede echar a la cara si mantienen la actitud correcta y la sumisión está presente.
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