después de una jornada de casi doce horas otras vez el objeto no se dio cuenta de lo cansado que estaba hasta que salió de la última reunión. fue entonces cuando todo el día, realmente toda la semana, se le vino encima.
por la mañana había tenido el objeto un nuevo incidente de exceso de humanidad. en una reunión tuvo que imponerse y hacer de un humano con autoridad. fue muy desagradable.
sin embargo el objeto tuvo presente al Dueño en los momentos más duros y cuando había riesgo de caer en la desesperación por ser tratado como humano, al final el día pasó y el objeto pudo mantener la paz que ha ordenado el Dueño que tenga.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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