pensando en el Dueño, a El le agrada un pantalón de cuero atado, pero sobre todo le agrada un buen inferior amordazado fuertemente con un ancho trozo de cinta. a un esclavo no hay que escucharlo, no tiene derecho a hablar ni a emitir un sonido. está indefenso ante su Superior, ante sus Superiores. así debería estar siempre. es un destino y su naturaleza.
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