el objeto a veces se encuentra en una contradicción, especialmente cuando compra unas botas nuevas. por un lado desea mantener las botas relucientes, nuevos, impolutas. sin embargo las botas son para ser usadas, curradas, trabajadas. al final la orden del Dueño es la que determina qué hacer: el objeto es un botero y debe llevarlas y curradas. por supuesto el objeto obedece.
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