el objeto está llegando al límite porque con tanto trabajo está no sólo agotado sino que se despista. hoy el Dueño se ha enfadado con el objeto porque ha tenido que preguntarle donde estaba y qué estaba haciendo.
a veces el objeto se imagina siendo vigilado por el Dueño con cámaras permanentemente pero no es necesario porque el Dueño parece que sabe lo que le ocurre al objeto, lo que siente y lo que piensa. cuando el objeto ha contestado la respuesta del Dueño ha sido aplastante: "que no vuelva a tener que preguntarte donde estás o lo que haces. quiero estar informado en todo momento". así es el control del Dueño sobre el objeto: total, constante y permanente.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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