no hay una única forma de deshumanizar a un inferior. la forma más radical es la objetificación, convertirlo en un objeto privándole de identidad y de rostro, de cualquier apelativo humano. la segunda forma es la animalización, que en el bdsm adquiere dos formas principalmente: ser un perro y un caballo, llamados dog-training o penny-play respectivamente. últimamente hay muchos inferiores que se sienten identificados con los perros. no es meramente hacer un papel, es entrar en subspace y empezar a comportarse como ellos. muchos sumisos afirman que cuando están en ese estado se sienten incapaces de hablar, por ejemplo, o de pensar con claridad. su comportamiento ya no es más el de un humano.
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