la castidad entre los sumisos es, posiblemente, el movimiento de más rápido crecimiento que ha visto el objeto desde que se dedica al bdsm. la cantidad de jaulas de castidad y el uso que se hace de ellas es increíble. las hay de todo tipo: metálicas, de silicona, de plástico. y las hay para todas las experiencias. algunas afirman ser cómodas para poder ser llevadas durante mucho tiempo. otras pretenden reducir el tamaño del apéndice hasta convertirlo en un micropene, y otras, como la de hoy, pretenden convertir las erecciones en un auténtico sufrimiento. esta jaula no es tanto para la castidad prolongada cuanto un instrumento de tortura. esos pinchos parecen sacados de una obra medieval donde la inquisición quisiera hacer comprender al reo que su pene es un instrumento del mal y que sólo merece ser dañado. no es la castidad lo que aquí se juega sino el deseo, la erección, la excitación. sea como sea es un sufrimiento y el inferior se lo merece. todos los inferiores nos lo merecemos.
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