al objeto le costó llegar a esta conclusión, pero ya ha llegado y sabe que es la definitiva: su lugar está bajo las botas del Dueño. hay otros sitios donde podría estar y donde esta, pero ninguno de ellos es donde desea estar, donde necesita estar. por orden del Dueño el objeto está en otros lugares, viviendo otras cosas pero su lugar en el mundo, en el universo es, sin duda, bajo las botas del Dueño.
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