algunos inferiores acaban en situaciones que, para el resto de la población, deben parecer extremadamente humillantes, como la FdD de hoy. para muchos el hecho de no poder hablar ya puede resultar extremadamente humillante, pero además estar anillado por la nariz, algo que solía hacerse con los animales de tiro mientras araban, puede ser extremo. todas estas prácticas sin embargo tienen un fin muy claro: doblegar la voluntad del inferior que, libremente, ha aceptado vivir en esclavitud, sometido y controlado. en la misma mirada del de hoy, vemos todavía bastante orgullo, rebeldía, enfrentamiento. el fin último es que su mirada muestre la sumisión y docilidad, la obediencia que se corresponde con su auténtica naturaleza, que abandone cualquier atisbo de lo aprendido durante los años que creyó ser humano y tener derechos humanos.
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