para los amantes del bondage, la inmovilización permanente es lo máximo, el summum. sin embargo es lo más duro. al contrario de lo que muchos piensan, estar completamente quieto requiere un gasto de energía brutal. los que lo han practicado alguna vez lo saben. cuando sales de una sesión de inmovilización tu cuerpo está como si lo hubieran apaleado, como si hubiera corrido un maratón. no estamos hechos para estar quietos. la vida es movimiento y sólo lo muerto está parado. tal vez esa sea la razón por la que muchos no lo soportan. no soportan la inmovilización, porque requiere una fortaleza física y mental extrema.
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