tintes "religiosos". ayer, por ejemplo, el objeto sintió deseos de excitarse, de tocarse e incluso de masturbarse y sentir deseo sexual. hoy lo confesó al Dueño, al tiempo que suplicaba un castigo. Éste le contestó que lo necesitaba porque así podría purificarse. para un objeto el castigo es como reiniciar el ordenador. si lleva mucho tiempo encendido se vuelve pesado y lento. le falta agilidad. de vez en cuando hay que reinicializarlo para poder seguir trabajando y conseguir los objetivos. lo mismo ocurre con el objeto. cuando falta a las órdenes del Dueño eso se convierte en una carga, en una pesadez y el castigo purga esa carga, la elimina, es un nuevo comienzo. en ese sentido es siempre un empezar otra vez, no de cero porque cada castigo enseña algo al objeto, pero sí una forma de presentar otra vez "limpio" ante el Dueño. es en este sentido que el dolor purifica y transforma lo negativo en positivo. realmente cada castigo es un nuevo regalo.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
lunes, 21 de enero de 2019
día 3294 de esclavitud, 1266 de castidad
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