jueves, 22 de noviembre de 2018

día 3234 de esclavitud, 1206 de castidad

la mañana fue bastante desastrosa porque en el trabajo sólo había problemas. sin embargo la tarde mejoró, irónicamente porque el objeto le debía un castigo al Dueño por una falta cometida hace una semana y hoy pudo cumplirlo. no era el mejor día porque el Dueño tenía una reunión de trabajo por la tarde, pero aún asi ordenó que lo realizara. e hizo algo que no suele hacer: dejarlo en manos del objeto, tanto el tiempo como la forma de castigo. siguiendo la norma de otras ocasiones el objeto se puso las pinzas japonesas que compró recientemente y se metió el buttplug que ha estado utilizando en las últimas ocasiones, que entró muy fácilmente. las pinzas son terribles. desde el primer momento el dolor es intenso y el objeto tuvo que hacer un esfuerzo para soportarlo y controlar el impulso de quitárselas. el objeto estuvo así una hora entera. rápidamente entró en una especie de subspace ligero que ayudo al objeto a olvidar los problemas de por la mañana y a centrarse nuevamente. mientras las pinzas producían el dolor que el objeto necesitaba en ese momento contra el ego, el buttplug producía la humillación que complementaba perfectamente al dolor. dolor y humillación son dos de los pilares más importantes sobre los que se construye la sumisión y la obediencia. además el objeto tenía que estar desnudo y ya está haciendo frío por aquí. la jaula, siempre presente, forma parte ya del cuerpo del objeto, por lo que la apariencia de esto era auténticamente patética. la hora pasó más rápido de lo que el objeto pensó y, por supuesto, le ofreció al Dueño el dolor de ese castigo. el castigo purificó al objeto y lo dejó limpio delante del Dueño. no es tan estúpido como para pensar que no volverá a pecar de nuevo, pero sabe que existe esta forma de recuperar la confianza del Dueño.
al terminar el castigo el objeto fue al baño y, al sacarse el buttplug, le entraron inmediatamente ganas de ir al baño. cuando orinó notó como supuraba abundantemente, supone que por la estimulación de la próstata por parte del buttplug. sigue siendo la mejor forma de sacar la leche sin llegar al orgasmo o produciendo uno anal, que siempre es más humillante que el otro, el de los Superiores.
para culminar la tarde el objeto fue a entrenar y durante la sesión de bike sentía el culo resentido del buttplug. fue una especie de prolongación del castigos. siempre pensando en el Dueño.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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