hay una práctica ritual que el objeto realiza desde hace poco tiempo pero que tiene una gran importancia: la confesión diaria. el objeto es consciente de que el nombre puede provocar algún rechazo pero expresa muy bien su sentido y su dimensión. como su propiedad el objeto no tiene derecho a la privacidad a mantener algo en secreto, en la intimidad. los humanos podemos guardar secretos en la mente, pero ni eso es aplicable al objeto así que no hay secretos para el Dueño. puede haber cosas que no le haya comunicado, que no le haya dicho pero no es por intención de ocultarlo sino que no ha tenido ocasión de comunicarlo.
la confesión diario no es solo para expresar las faltas cometidas sino para decir lo que a cualquiera le gustaría mantener en la intimidad. ese es un diario privado así que en ese sentido también es una ventana al alma del objeto.
cuando el objeto lo hace, no se para a pensar en que no ha dicho al Dueño, entonces está cometiendo una falta grave. no decir es como mentir. además es que el Dueño tiene derecho, como propietario, es un derecho natural.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
lunes, 30 de julio de 2018
día 3119 de esclavitud, 1091 de castidad
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