si existe un cielo para un botero, es este. para recorrer este pasillo un botero debería estar enjaulado en castidad a riesgo de pasarlo muy mal. el olor aqué debe ser muy intenso y fuerte. y la mirada no puede dejar de ir de un lado a otro. esto es suficiente para emborracharse, para embriagarse de cuero y de fetiche. incluso el cielo puede ser una experiencia dura para un fetichista.
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