lunes, 5 de marzo de 2018

FdD elegancia


los fetichistas corremos un peligro constante, el de la exageración. pocos entienden que nunca tenemos suficiente de nuestro fetiche: nunca hay suficiente cuero, nunca hay suficiente latex, nunca se tienen suficientes botas, o nunca se es suficientemente sumiso. el deseo fetiche hace que corramos el riesgo de pasarnos, porque no hay que olvidar que la elegancia está en la mesura, en lo sencillo. por eso combinar botas repujadas con el resto de lo que se lleva es un reto, que a veces se salda con éxito y otras no. en la foto de hoy el objeto siente que se ha conseguido el éxito pero muy al límite. aunque no es nadie para juzgar, de lo que no hay duda es de que los que están sentados a la mesa son dos Superiores. lo que en ellos está bien y se puede llevar, puede resultar ridículo en un inferior. hay botas, como muy bien ha señalado el Dueño en otras ocasiones, que son exclusivas de Dominantes, mientras que hay otras, las más simples y sencillas, que son las adecuadas para los sumisos. aristóteles decía que la felicidad consistía en comportarse según su propia naturaleza, la naturaleza de cada uno. en una sociedad de la imagen como la nuestra, la elegnacia consisite en vestirse también acorde con la propia naturaleza de uno: los Superiores como quieran y los inferiores como se les manda.

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