siempre hay un antes y un después de cada viaje, de cada sesión, de cada encuentro, de cada vez que te pones cuero o latex, que te pones las botas. como aquella gota de esa famosa tortura oriental, esto te va cambiando, te va aleterando y modificando. a los Superiores los eleva, a los inferiores los baja, pero siempre permanecen las botas y el cuero, ahí esperando hasta la próxima ocasión en la que te transforme un poco más.
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