en todo encuentro, en toda sesión bdsm hay un momento de no retorno, un momento en que saber que si el nudo se aprieta, el candado se cierra o el gancho se ajusta, en que no podrás escapar. a partir de ese momento el inferior estará a merced del Superior, perderá el control sobre su vida y el Dominante lo tendrá todo. podría hacer con el sumiso lo que quiera, porque de eso se trata, de ceder el poder y cogerlo, de perderlo y usarlo. ese momento es el más excitante, el más intenso, el más fuerte de todo encuentro bdsmero.
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