el entrenamiento va moldeando al inferior, lo va modificando, cambiando de manera que se insertan en él cosas que antes no tenía, ni creía, ni pensaba, ni hacía. porque este entrenamiento afecta no sólo a la acción, sino a las creencias, los pensamientos y los sentimientos. el entrenamiento como sumiso o esclavo es un entrenamiento total, del que, si se hace bien, no escapa ningún aspecto de tu vida, de tu existencia. por supuesto se puede entrenar a un sumiso para que sea un buen amante en la cama y aprenda a dar placer, pero entrenar a un esclavo es mucho más complicado. la forma más básica es el condicionamiento clásico, vincular un objeto, idea o acción al place o al dolor, según se quiera potenciarlo o rechazarlo.
ha sido precisamente ese entrenamiento el que ha desarrollado el instinto natural del objeto, convirtiendo su fetichismo innato en el principal motor de su existencia. las botas, el cuero, la sumisión, la obediencia, ya no son algo anecdótico, superficial o relativo... son el fundamento de todo lo que es el objeto. constituye además la base sobre la que el Dueño ha construido su poder y ejerce su control sobre el objeto. es como una especie de entorno, de habitabilidad, donde el Dueño ejerce su control y que le permite ir limpiando la cabeza y la mente del objeto de todo aquello que no está acorde a sus deseos. por supuesto sobra decir que botas y cuero, ocupan un lugar principal y hacen que la mente del objeto entre inmediatamente en estado de subspace. a partir de ahí todo el control se vuelve más sencillo, más fácil. es como una especie de detonante. no es el único pero si uno de los principales.
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