existe un peligro patente en toda relación de Dominación/sumisión, la tendencia de los humanos a antropomorfizarlo todo. ocurre a menudo con los animales de compañía: se les da nombre, se les trata como miembros de pleno derecho de la familia, e incluso se les atribuye cualidades humanas. el proceso con un objeto es justo al revés. a medida que ha ido bajando en la escala de la sumisión, de esclavo a perro y de perro a objeto, este proceso de antropomorfización debe invertirse, retrocederse, hasta el punto de que el objeto debe tener la menos cantidad de atributos humanos: ni sexo, ni lenguaje, y en último extremo ni pensamiento autónomo. por eso el entrenamiento pasa por la castidad, el uso de mordazas, de capuchas para despersonalizarle y quitarle el rostro, y de control de sus funciones vitales como comer o respirar. el objeto debe aprender que no es algo externo, ajeno, autónomo al Amo. es una prolongación suya y depende completamente de él. puede a muchos parecerle duro estas palabras, especialmente a los que están entrando en el bdsm, o a aquellos que lo consideran exclusivamente un juego de alcoba, o a los que buscan la aprobación de los "normales".
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